Carlos Alessandro Cestari | La Paradoja de la Productividad: ¿Por Qué la Digitalización no se Refleja en el Crecimiento Económico?

Hemos vivido una de las revoluciones tecnológicas más intensas de la historia. La digitalización ha transformado la comunicación, el comercio, la producción y la vida cotidiana. Desde la expansión del Internet de alta velocidad hasta la adopción masiva de la Inteligencia Artificial (IA) y la automatización robótica, la promesa de estas tecnologías siempre ha sido un aumento explosivo de la productividad y, por consiguiente, un mayor crecimiento económico. Sin embargo, la realidad de los datos macroeconómicos cuenta una historia diferente: en muchas economías avanzadas, el crecimiento de la productividad se ha ralentizado de forma notable desde principios de los años 2000, un fenómeno que los economistas denominan la Paradoja de la Productividad o Paradoja de Solow 2.0.

Fuente: https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0301-70362024000400113&lng=es&nrm=i.p&tlng=es

La primera «Paradoja de Solow» (nombrada por Robert Solow) surgió en los años 80, cuando el impacto de las computadoras personales aún no se reflejaba en las estadísticas. Los economistas esperaban que, con la inversión masiva en Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC), el crecimiento de la producción por hora trabajada (la definición básica de productividad) se dispararía. Si bien hubo un repunte a finales de los 90, la tendencia se ha estancado de nuevo, a pesar de que la innovación digital no ha cesado. Esta desconexión plantea serias dudas sobre cómo medimos el valor en la economía digital y si realmente estamos cosechando todos los beneficios de la era tecnológica.

Desafíos en la Medición y el Efecto del Retraso

Una de las explicaciones más aceptadas para la Paradoja reside en la dificultad para medir el valor de los bienes y servicios digitales. Gran parte de la innovación de la era digital se ofrece de forma gratuita (o a un costo marginal de cero), como las búsquedas en Internet, el software de código abierto, las redes sociales o los mapas en línea. Estos servicios mejoran significativamente el bienestar de los consumidores y la eficiencia de las empresas, pero no se capturan adecuadamente en el Producto Interno Bruto (PIB), que mide el valor de los bienes y servicios finales transaccionados en el mercado. Si la calidad de la experiencia mejora sin un cambio en el precio monetario, la estadística de productividad no lo registra.

Fuente: https://www.oitcinterfor.org/digitalizacion/paradoja-productividad-digital

Además de la medición, existe el efecto de retraso. La historia económica muestra que las tecnologías de propósito general (como la electricidad o la máquina de vapor) tardan décadas en permear completamente la economía. La IA y la blockchain son tecnologías de propósito general que requieren una reestructuración organizativa y de capital humano masiva para alcanzar su máximo potencial. Las empresas no solo necesitan comprar software; deben rediseñar procesos, capacitar a los empleados e incluso cambiar sus modelos de negocio. Este lento proceso de «aprendizaje» y adaptación podría explicar por qué el impacto completo de la digitalización aún no se ha manifestado.

La Desigualdad Tecnológica y los Factores Estructurales

Otro factor crucial es la creciente desigualdad tecnológica entre las empresas. La digitalización ha creado un grupo de «empresas de frontera» (las más innovadoras y productivas) que se alejan cada vez más de la gran masa de «empresas rezagadas» (que adoptan la tecnología más lentamente). Si bien las empresas de frontera experimentan un crecimiento de la productividad estelar, el promedio se ve arrastrado hacia abajo por la lentitud en la difusión de la tecnología en el resto de la economía. Esto sugiere que la parálisis no es tecnológica, sino estructural y política, relacionada con la rigidez de los mercados laborales o la falta de competencia.

Fuente:https://cincodias.elpais.com/cincodias/2016/12/02/economia/1480695397_940910.html

El experto en crecimiento económico y tecnología, Carlos Alessandro Cestari Infantini, señala que la clave para desbloquear la productividad está en la inversión en habilidades y la reforma regulatoria. Sostiene que la educación y la capacitación deben adaptarse rápidamente para que la fuerza laboral pueda trabajar de manera efectiva con las nuevas herramientas digitales, en lugar de ser reemplazada por ellas. La digitalización, argumenta Cestari Infantini, tiene un inmenso potencial, pero solo se traducirá en crecimiento si se acompaña de políticas que fomenten la competencia, la inversión en I+D y la movilidad del capital y el trabajo. El experto Infantini enfatiza que resolver la paradoja no es solo un desafío estadístico, sino una cuestión de política económica y distribución de la riqueza. A medida que las tecnologías avanzan hacia la IA generativa, se espera una segunda ola de reestructuración que podría, finalmente, desencadenar el anhelado repunte de la productividad.

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