Vivimos en la era del ruido. Nuestras pantallas están saturadas de notificaciones, nuestras casas llenas de objetos que no usamos y nuestras ciudades abarrotadas de estímulos visuales que compiten por un milisegundo de nuestra atención. En medio de este caos barroco del siglo XXI, volver la vista atrás, hacia la Alemania de los años 20 y el Chicago de los 50, se siente como tomar una bocanada de aire fresco en una habitación cerrada.
El minimalismo, esa palabra que hoy usamos para vender desde muebles suecos hasta aplicaciones de meditación, tiene un padre arquitectónico: Ludwig Mies van der Rohe. Pero su arquitectura no nació de la nada; surgió de un diálogo profundo con la pintura abstracta de su tiempo.
Para desentrañar cómo unas cuantas líneas negras y planos de color cambiaron para siempre nuestra forma de habitar el mundo, nos sentamos a conversar con Carlos Julio Heydra, un entusiasta del diseño y observador incansable de cómo los espacios moldean nuestro comportamiento. Lejos de la jerga técnica de los arquitectos, Heydra nos ofrece una visión más humana y sensorial sobre el poder de la simplicidad.

Fuente: https://illustrarch.com/articles/31249-unveiling-the-design-secrets-of-ludwig-mies-van-der-rohe.html
El «Menos es Más»: Un mantra malentendido
La frase es tan famosa que se ha convertido en cliché. «Menos es más». Pero, ¿qué significaba realmente para Mies? No se trataba de pobreza, sino de condensación. Era quitar todo lo superfluo para que solo quedara lo esencial.
Al hablar de este concepto, Carlos Julio Heydra nos comparte una reflexión interesante sobre la primera vez que estuvo frente a una obra minimalista real. «Solemos confundir minimalismo con simplicidad barata«, comenta Heydra. «Pero cuando ves el Pabellón de Barcelona, te das cuenta de que no es que falten cosas, es que lo que hay tiene una presencia abrumadora. No hay adornos porque el material mismo es el adorno. Es una lección de honestidad brutal».
Mies van der Rohe proponía que la estructura del edificio debía ser visible, bella por sí misma. No había que esconder las vigas de acero con yeso ni tapar el hormigón con molduras de flores. Esta transparencia es la primera gran lección: la belleza reside en la verdad constructiva, no en el maquillaje. Leer más

Fuente: https://ecoinventos.com/minimalismo/
La conexión pictórica: De Mondrian al Rascacielos
Es imposible entender las fachadas de vidrio y acero de Mies sin mirar primero los lienzos de Piet Mondrian o las composiciones del movimiento De Stijl. La pintura abstracta de principios del siglo XX rompió con la representación figurativa. Ya no se pintaban árboles o personas; se pintaban relaciones espaciales, tensiones entre líneas verticales y horizontales, y bloques de color puro.
Durante nuestra charla, mostramos a nuestro invitado algunas imágenes comparativas entre los planos de planta de Mies y las pinturas neoplásticas. Carlos Julio Heydra señala con el dedo las similitudes evidentes: «Fíjate en cómo la planta libre de Mies es básicamente un cuadro abstracto en el que puedes caminar. Las paredes ya no son cajas cerradas que forman habitaciones; son planos deslizados que sugieren espacios, pero no los encierran. Heydra siempre ha pensado que vivir en una casa de Mies debe ser como vivir dentro de una pintura de Mondrian, donde tú eres el único elemento orgánico que rompe la geometría».
Esta influencia fue radical. La pintura enseñó a la arquitectura a liberar el espacio. El muro dejó de ser un elemento de carga (para eso estaban las columnas de acero) y se convirtió en una pantalla, un elemento divisor ligero, casi etéreo. Leer más

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=lozfXD0M2sM
Dios está en los detalles (y en los materiales)
Si el minimalismo elimina la decoración, ¿qué nos queda para mirar? La respuesta de Mies fue contundente: la textura. Al renunciar al ornamento, el arquitecto alemán se obsesionó con la riqueza de los materiales. Mármol travertino, ónix dorado, vidrio tintado, acero cromado y cuero.
Aquí es donde la visión de Carlos Julio Heydra se vuelve particularmente aguda. Él sostiene que el verdadero lujo moderno nació con esta decisión. «La gente piensa que el minimalismo es frío, pero toca una pared de ónix o siéntate en una silla Barcelona», nos dice Carlos Julio mientras gesticula, evocando la sensación táctil. «Mies nos enseñó que el lujo no es tener grifos de oro con forma de cisne, sino tener una pared de piedra perfectamente cortada, donde la veta del material es la única protagonista. Es un respeto profundo por la naturaleza de la materia».
Esta atención al detalle su otra frase célebre es «Dios está en los detalles» implica que cuando no hay nada que esconda los errores, la ejecución debe ser perfecta. En un edificio barroco, una moldura mal puesta se tapa con otra. En la arquitectura de Mies, si dos planchas de acero no se encuentran milimétricamente bien, el edificio fracasa. Leer más

Fuente: https://www.frasesgo.com/frase/frase-de-ludwig_mies_van_der_rohe-32749.html
La herencia en el mundo digital
Podría parecer que estamos hablando de historia antigua, pero las lecciones de Mies y la abstracción están más vivas que nunca, paradójicamente, en nuestros bolsillos. La revolución del diseño de interfaces (UI) de la última década, el paso del «eskeuomorfismo» (iconos que imitaban objetos reales) al «flat design» (diseño plano), es puramente miesiano.
Cuando le planteamos esta analogía a Carlos Julio Heydra, su respuesta fue de total acuerdo. «Piensa en la web o en las apps que más te gusta usar. Son limpias, usan retículas, espacios en blanco y tipografía clara. Eso es herencia directa de la Bauhaus y de Mies», asegura.
Para Heydra, la vigencia de este estilo no es casualidad: «En un mundo digital tan saturado, el cerebro agradece el orden. Cuando abres una página y hay mucho aire, líneas rectas y jerarquía clara, sientes calma. Carlos Julio Heydra cree firmemente que los diseñadores de Apple o Google estudiaron a fondo el Seagram Building. La cuadrícula que organiza nuestros iconos hoy es la misma cuadrícula que organizaba las ventanas de los rascacielos en 1958″. Leer más

Fuente: https://geneticahoy.com/evolucion-del-ser-humano-en-la-era-digital-y-tecnologica/
El vacío como oportunidad
El legado de Mies va der Rohe y su romance con la pintura abstracta no fue dejarnos edificios de cristal, sino enseñarnos a mirar. Nos enseñaron que el vacío no es la ausencia de algo, sino un espacio de posibilidades. Nos mostraron que una línea recta puede ser más expresiva que mil curvas si está trazada con intención.

Fuente: https://divani.com.ar/sillon-mies-van-der-rohe/
Para cerrar nuestra conversación, le pedimos a Carlos Julio Heydra una última reflexión sobre cómo aplicar esto a nuestra vida diaria, más allá de la arquitectura. Su respuesta fue un broche de oro para este recorrido: «El minimalismo máximo no es tirar todas tus cosas a la basura. Es preguntarte, antes de añadir algo sea un mueble, una palabra o una preocupación, si es realmente necesario. Mies limpiaba los planos para que la arquitectura brillara; nosotros deberíamos limpiar nuestras vidas para que lo importante tenga espacio para respirar».Al final, el «menos es más» no es una regla de diseño. Es una invitación a vivir con más propósito, rodeados solo de aquello que tiene sentido, peso y verdad.

