La espera ha terminado: Shinobi: Art of Vengeance marca el regreso de una de las franquicias más queridas de SEGA. Desde su debut en 1987 en las máquinas arcade, Shinobi ha sido sinónimo de acción, niveles exigentes y un protagonista que se convirtió en leyenda: Joe Musashi. Después de más de una década en las sombras, esta nueva entrega revive con fuerza la esencia clásica y la potencia de la tecnología moderna. El resultado es un título que equilibra nostalgia y frescura, logrando una de las experiencias más intensas del género sidescroller.
A lo largo de esta reseña exploraremos la historia, la jugabilidad, los combates, los enemigos, los niveles y la presentación audiovisual que hacen de Shinobi: Art of Vengeance un lanzamiento imprescindible tanto para veteranos como para nuevos jugadores.
Aquí está su tráiler de lanzamiento.
Una historia clásica de venganza con un toque humano
El punto de partida de la trama es familiar: Joe Musashi, líder del clan ninja, ve cómo la corporación Eony —bajo el mando del villano Ruse— arrasa con Aboru Village. Sus estudiantes son convertidos en piedra y todo lo que ama queda destruido, salvo él mismo. Ese error será el detonante de una cruzada de venganza que justifica la implacable acción que sigue.
Lo interesante es que el juego va más allá del cliché. Entre batallas, encontramos momentos más íntimos que humanizan al protagonista. Conversaciones con su esposa Naoko muestran su lado vulnerable, mientras que la interacción con Tamoy —el joven que misteriosamente logra entender a Joe— aporta ligereza y humor. Incluso personajes secundarios, como el excéntrico mercader demoníaco o el propio Ruse, destacan gracias a un doblaje sólido que da vida y personalidad a cada escena.
Jugabilidad: control preciso y libertad de movimiento
El corazón de Shinobi: Art of Vengeance está en su jugabilidad. Desde el primer nivel, Joe responde con precisión quirúrgica. El doble salto, los rebotes entre paredes y los dive kicks son solo el comienzo de un repertorio que crece con cada nueva herramienta desbloqueada.
Algunas de las habilidades son:
- El gancho permite balancearse y acceder a zonas elevadas.
- El planeador facilita descensos controlados.
- Las garras abren la posibilidad de trepar lentamente por superficies verticales.
Estas habilidades no solo enriquecen el combate, sino que también fomentan la exploración, ya que algunos caminos secretos solo pueden abrirse al volver con las herramientas adecuadas.
El diseño logra que el jugador sienta una progresión natural. No se trata de abrumar con demasiadas mecánicas de golpe, sino de entregar recursos a buen ritmo para mantener la frescura.
Combate brutal y estilizado
Uno de los mayores logros de esta entrega es su sistema de combate. A diferencia de los títulos más rígidos de los 80, aquí la acción toma inspiración de los hack and slash modernos. Los ataques ligeros y pesados se combinan en cadenas de combos espectaculares. Mientras que los kunai sirven para eliminar enemigos menores o debilitar rivales más duros.
La ejecución de ataques especiales es visualmente impactante: Joe se convierte en una silueta sombría que atraviesa a sus enemigos, dejándolos reducidos a manchas de rojo estilizadas. Estas animaciones no solo refuerzan el poderío del personaje, también tienen un propósito estratégico, ya que otorgan puntos, recursos y salud.
A medida que avanzamos, se desbloquean ataques elementales como el water slash, ideal para contraatacar, o el clásico fire breath, junto al siempre espectacular ninjutsu. Las técnicas definitivas, capaces de limpiar la pantalla, son un guiño directo a la época arcade, pero con una potencia visual imposible de imaginar en 1987.
El resultado es un combate variado y visceral. Esto invita a experimentar con combos como a perfeccionar un estilo propio.

Construcción de personaje y amuletos
Aunque no llega al nivel de complejidad de un RPG, el juego introduce un sistema de amuletos que modifica el estilo de juego. Algunos aumentan la efectividad de las curaciones, otros permiten que los kunai atraviesen múltiples enemigos a costa de mayor consumo, y otros ofrecen ventajas más sutiles.
Este aspecto de “build crafting” no busca sobrecargar la experiencia, pero sí añade opciones estratégicas para quienes quieran personalizar su forma de enfrentar los desafíos.
Enemigos y jefes memorables
Ningún juego de acción estaría completo sin buenos enemigos, y aquí Art of Vengeance brilla. Desde soldados ágiles hasta criaturas que dominan áreas enteras del escenario, cada tipo de enemigo obliga a replantear tácticas. Las variantes élite aumentan la dificultad de forma justa, sin caer en frustraciones artificiales.
Los jefes, por su parte, son un verdadero espectáculo. Cada enfrentamiento se siente único y aprovecha las habilidades adquiridas hasta ese punto. La combinación de diseño visual, patrones de ataque y animaciones de muerte los convierte en momentos memorables.
Niveles variados y secretos por descubrir
El juego ofrece poco más de una docena de niveles, pero todos están diseñados con un equilibrio admirable entre plataformas, combate y exploración. Encontramos desde pantanos oscuros hasta festivales iluminados con neones que recuerdan un ambiente cyberpunk. Incluso los escenarios que podrían sentirse clichés —como las secciones de escape de pantalla— mantienen frescura gracias al sólido diseño.
Los caminos alternativos y secretos añaden rejugabilidad. Algunos requieren volver con nuevas herramientas, lo que incentiva a explorar los niveles más de una vez. El modo arcade refuerza esta idea, premiando la repetición con mejores puntuaciones y recompensas adicionales.
Presentación visual y sonora impecable
En lo visual, Shinobi: Art of Vengeance es un deleite. El estilo artístico mezcla lo clásico con lo moderno: personajes y escenarios altamente detallados, animaciones fluidas y un diseño que nunca sacrifica claridad por espectáculo. Los fondos dinámicos —helicópteros, monstruos gigantes, carteles luminosos— añaden dramatismo sin distraer al jugador.
La música no se queda atrás. Con melodías que evocan los sonidos retro y los mezclan con arreglos modernos. La banda sonora logra mantener la intensidad en combate y crear atmósferas envolventes en las fases de exploración. Es un homenaje perfecto a la saga, actualizado para una nueva generación.
Aquí un vistazo al juego.
Un revival que marca el camino
La importancia de Shinobi: Art of Vengeance va más allá de su calidad individual. Representa un modelo a seguir para futuros revivals de franquicias clásicas. Respetar lo que hizo grande al original, pero no temer modernizarlo con mecánicas, presentación y narrativa más actuales.
El resultado es un título que no solo apela a la nostalgia, sino que ofrece un producto sólido y emocionante en pleno 2025.
Veredicto final
Shinobi: Art of Vengeance es todo lo que un fan de los sidescrollers de acción podría desear. Tiene controles precisos, un sistema de combate profundo y espectacular, enemigos memorables, niveles variados y un audiovisual sobresaliente. Pero más allá de la técnica, transmite la esencia de lo que hizo grande a la saga. A su vez, proyecta hacia el futuro.
El estudio Lizardcube ha creado una obra maestra. Si eres veterano de los arcades, este regreso te hará revivir la gloria de los 80 con una frescura inesperada. Si eres nuevo en la franquicia, encontrarás una de las mejores experiencias de acción.
El juego está disponible para:
- Nintendo Switch
- PlayStation 4
- PlayStation 5
- Windows
- Xbox One
- Xbox Series X|S
Gracias a SEGA por brindarnos una copia para Xbox Series X|S.
Calificación: 9.5/10 – Un clásico renacido que demuestra cómo debe hacerse un revival.